En el 180 a.c., en China, Tin Huan inventó el rudimentario sistema de animación conocido como Zoetropo.
Los hermanos Wan produjeron la primera película de animación sonora en 1935, titulado The Camel’s Dance, y el primer largometraje de animación chino fue Princess Iron Fan, en 1941, realizada con rotoscopia y grandes dificultades durante la Segunda Guerra Sino-Japonesa, y la Segunda Guerra Mundial.
Durante la ocupación japonesa, los hermanos Wan produjeron más de 20 cortos de temática anti-japonesa, anti-imperialismo y anti-opio.
En 1946 se estableció en el nor-este de China el primer estudio de animación de ideología comunista, hicieron películas como Emperor's Dream, de 1947, que usaba marionetas para exagerar la corrupción del partido nacionalista chino de Kuomintang, la idea tuvo éxito e hicieron otras películas políticas de marionetas como Go After an Easy Prey de 1948. Este estudio cambió de nombre en 1949 y pasó a llamarse Shanghai Picture Studio Group.
Era la época de Mao Zedong, los estudios de los hermanos Wan, así como todos los estudios de animación chinos importantes pasaron a manos de Shanghai Picture Studio Group, incluyendo al animador japonés residente en Shanghai Tadahito Mochinaga, creador de Thank You, Kitty, que más adelante volvió a Japón y trabajó en la industria del anime.
En 1956 los hermanos Wan produjeron el primer largometraje de animación en color,Why is the Crow Black-Coated, que consiguió ser la primera película de animación china con reconocimiento internacional. En 1958 inventaron la técnica del cut-out basada en técnicas tradicionales chinas de marionetas de sombras, para la película Pigsy Eats Watermelon,
y en 1960, Yu Zheguang inventó la técnica de animación con Origami para la película A Clever Duckling.
En 1961 los hermanos Wan produjeron su película más famosa: Havoc in Heaven
Tardaron 4 años en producirla, exprimiendo la tecnología al máximo para conseguir los colores más vivos que se hubiesen plasmado antes en una película de animación.
Era la época dorada de la animación China, sus producciones no tenían nada que envidiar a las japonesas en cuanto a calidad, pero entre 1967 y 1976 tuvo lugar la Revolución Cultural, sólo se autorizó producir animaciones de idología comunista como The Little Trumpeter, Little 8th Route Army, o Little Sentinel of East China Sea de 1973. Todos los animadores que no fuesen reconocidos como amigos del régimen, fueron enviados a campos de trabajos forzados. La floreciente industria de la animación China quedó aniquilada.
Una vez terminó la revolución cultural, el Anime japonés se había comido el mercado asiático y comenzaba a triumfar en Europa. El Manhua Anime no podría nunca más volver a competir con la animación japonesa, sin embargo Shangai Animation Films no quiso rendirse, ya que no podían hacerse con un mercado masivo, aportarían calidad y un estilo completamente propio. En 1979 produjeron Nezha
Luego se propusieron producir más de 200 películas durante los años 80,como Snow Kids (1980), Lao Mountain Taoist (1981), The Deer's Bell (1982) o Legend of Sealed Book (1983).
Lamentablemente, pocas fueron las películas que ganaron premios internacionales, como Three Monks (1980)
Lamentablemente, pocas fueron las películas que ganaron premios internacionales, como Three Monks (1980)
Así que en los años 90, empezaron a abrirse a imitar los estilos de animación japoneses y americanos. Sin embargo hubo un boom de la animación china on-line tras el extraño éxito de Xiao-Xiao
Y tambien se han subido al carro de la animación CGI con producciones como la serie Century Sonny o la película Thru the Moebius Strip
Y tambien se han subido al carro de la animación CGI con producciones como la serie Century Sonny o la película Thru the Moebius Strip
La reacción de la audiencia frente a la animación china es controvertida. En los años 90 el gobierno propuso aumentar las horas de emisiones de animaciones por TV, al no haber suficiente industria para cubrir la demanda debieron importar series extrangeras, a finales de los años 90 al fin pudieron ver Doraemon en China! El público quedó encantado y prefiere series japonesas y americanas, más basadas en el espectáculo que las animaciones nacionales con valor educativo. Esto no le hace gracia a un gobierno que prohibe mezclar animación con imagen real, por considerarlo excesivamente fantástico, y que incluso censuró el estreno de Babe: El Cerdito en la Ciudad.
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